lunes, 21 de noviembre de 2016

Amor a la carta






Somos comensales en el restaurante de la sociedad,
y el amor se sirve a la carta,
a veces en porciones tibias, calientes y otras más frías.

El hambre más añeja buscamos apaciguar
Con efímerias agregadas al sazón:
Qué viaje por parís, de buen gusto en su vestir
Horneado con la belleza de occidente,
Bronceado a término medio,
acompáñese con el vino más soberbio…

Vaya restaurante…
ofreces gran culinaria,
Pero me dejas insatisfecho…
No me llena saborear tu boca
llena de sin-sabores artificiales.
Platillos gourmet, porciones de petit,
de hierbas falsas que dan un sazón de mentira
y dejan un bocado amargo.

Platillos falsos, a veces mal-guisados
con delicada presentación,
pero servidos crudos;
A esos
¡Ni de probete, ni llenete!

Mejor será pensar como mi madre:
!Aquí no es restaurante, lo que vez es  lo que hay, Y te lo vas a comer, cabrón¡ 



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