-Ave
Maria purisma.-
-Sin
amor confesado...-
Si mi
mano y tu piel
no
fueran las que se tocasen,
entonces
serán mi bolígrafo y esta hoja de papel las que se acariciasen.
Buscando
encontrar la sublime sustitución a éste amor,
que no
se atreve a confesarse.
!Sean
pues, mis versos en lugar de tus besos¡
Rimas
a falta de tus caricias,
esas
que a mi alma tanto envician.
Habré
de sublimar todo este amor,
toda
esta lujuria, que no soy capaz de confesar,
no por
crimen ni pecado;
Por
qué no es mi pecado
ni mi
delito haberme enamorado
de un
seminarista...
Pero
es que no encuentro manera ni momento
de
poder decir lo tanto que te amo.
Sea pues, mi tinta derramada
sobre esta hoja, en lugar de mi
sangre
sobre mis manos.
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